Ventana a Pelúgano |
De nuevo con Antonio vamos a Pelúgano para aprovechar el día, antes de que la Nochevieja nos caiga encima, última celebración del año. Siempre se pagan los excesos y hoy también acabaremos notando cómo pasan factura estas fiestas.
Fuente del antiguo ICONA en Grandegrande; vamos por la pista que se dirige hacia La Forcada bordeando la parte de la solana de Peña Mea .
Llegamos a Almayor, un nuevo cruce de caminos en las praderías de Pelúgano. Detrás, Peña Mea, por donde anduvimos el lunes, y las Peñas Negras, a cuyos pies pasaremos hoy.
Después de llevar un buen rato ascendiendo por la pista, estamos en la Campa Fonso. Aquí charlamos con un ganadero: acaba de ver un grupo de cuatro jabalíes en una zona algo más arriba de aquí y está esperando por el veterinario para que insemine alguna de las vacas que tiene en este prao.
Después de unos cuantos sube-baja llegamos a las últimas cabañas en la zona alta de Caberu. Desde aquí ya se ve bien las peñas de La Forcada adonde nos dirigimos.
La pista se convierte en camino que nos lleva por un bosquecillo de hayas tapizado por las hojas caídas, con abundancia de musgos en esta vaguada. Cambiamos de terreno, porque a partir de aquí predominan las cuarcitas.
Por el bosquecillo |
El agua escurre por la vaguada en las cuarcitas |
En una fuente, alguien dejó un vaso preparado para aplacar la sed de quien pase por aquí; en otro pequeño manantial más arriba veremos otro vaso como este.
Antonio va marcando el ritmo, bastante rápido, por cierto. En una revuelta al cambiar de vaguada mirando atrás se ve a lo lejos ya el humo de las chimeneas de Pelúgano, las praderas de las últimas cabañas, el tramo por el bosque y la senda entre los brezos en la ladera soleada que acabamos de pasar.
Continuamos por el brezal ganando altura hacia la collada La Pandiella y viendo al fondo ya el pico de La Forcada.
Llegamos a la collada La Pandiella, a 1276 m de altitud. A la izquierda hay unas cabañas a las que me voy a acercar para verlas.
Cabaña del pastor y cuadra |
Fuertes anclajes para que el viento no se lleve el tejado |
El interior: chimenea, colchón, mantas y utensilios de cocina |
En la derecha de la collada una pequeña cabaña ya casi en ruinas; remontando la loma iremos al siguente collado, el Collau Veraniegu, a 1471 metros, ya al pie de La Forcada.
Bordeando la ladera hacia el collado, tomamos como referencia un árbol, un espino albar o espinera, para llevar mejor la ascensión. Desde el collado, subimos por una canalina y en pocos minutos llegamos a la cumbre.
En la cumbre de La Forcada, de 1556 metros, con el oxidado buzón de cumbres y mirando hacia Peña Mea.
En dirección contraria, sur y sureste, el primer lugar el Picu Cuchu, y siguiendo la crestería, el Praera, la Forada y el Retriñón. Ya más lejos, nevados, el Torres, el Valverde y el Toneo en San Isidro, y la linea de la cordillera nevada.
A nuestro pies uno de los valles que va a formar con los que bajan del Retriñón el rio del Alba en la Cruz de los Ríos, ese estrechamiento que tenemos ahí abajo.
Antonio y yo en la cumbre; la cámara, que es "inteligente", enfocó mejor la piedra del primer plano, porque el fotógrafo, con menos "smart view" que la cámara, no la colocó bien.
Un descanso mientras comemos un bocado: desde aquí tenemos una buena vista de los montes de este cordal del concejo de Aller que queremos ir recorriendo en próximas salidas hasta concluir su recorrido en el picu Torres, ya en San Isidro.
Estos "pajarinos" no están invitados a comer, ni queremos ser su bocado nosotros. Su planeo, sin esfuerzo aparente, buscando las térmicas que les permiten esos largos recorridos en busca de alimento, son siempre un espectáculo para la vista.
Mientras descansamos, nos planteamos si seguir hasta el picu Cuchu; sólo sería aproximadamente una hora más, pero habría que añadir más tiempo aún para la vuelta, y es invierno y estamos en los días más cortos del año. Mejor otro día, que además hoy hay que llegar pronto para prepararse para la cena de nochevieja.
El Retriñón, otro coloso del cordal, nos ofrece sus laderas para más adelante. Justo delante tenemos en la foto la majada de Valsemana, recogida en esa pequeña cuenca en medio del bosque del Monte de Llaimo.
Acercándonos con el zoom vemos la cara norte del Torres, en el centro el Valverde, y a su derecha el Toneo, allá por San Isidro.
Volvemos hacia la collada la Pandiella y observamos el recorrido del río San Julián que va a dar a Entrepeñas, cerca de Levinco, por donde se sube a Pelúgano.
Bajamos por la loma teniendo a la vista peña Mea y las peñas Negras. Recorremos a la inversa el camino, ahora más relajadamente que a la subida.
Acebo con sus frutos |
Abundante agua en las riegas |
De nuevo en el recorrido por el bosque |
Vista hacia el camino que traemos desde La Forcada |
Se ensancha el camino al llegar a las cabañas |
De nuevo en las cabañas de Caberu |
Un bebezón para el ganado |
Es invierno, pero esta planta ya anticipa la primavera |
Se podan los fresnos de las lindes para usar las varas para mejorar los cierres de las fincas, pero aquí alguien se llevó por delante unos troncos de acebo, que son árbustos y árboles protegidos en Asturias; por suerte brotan nuevas ramas.
De nuevo llegamos a Pelúgano, al Barriucima |
Iglesia de Pelúgano |
Hórreos y fincas |
En Pelúgano, en Barriubaxu |
La entrada a la capilla |
Aquí, en la plaza de Doña Urraca "la asturiana", acabamos la ruta de hoy. Veremos si el tiempo nos permite empezar el año con alguna ruta más por esta zona después de Reyes.
Por último, un vídeo desde la cima grabado por Antonio; la música es de La Gueta la Runa, "Vámonos baillar".
Sólo queda desearos a todos un ¡buen año 2012!
Por último, un vídeo desde la cima grabado por Antonio; la música es de La Gueta la Runa, "Vámonos baillar".
Sólo queda desearos a todos un ¡buen año 2012!
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