Damos un paseo por el concejo de Ponga, desde Les Bedules a la collada Granceno, para salir un poco de casa en este fin de semana tan lluvioso, y sin sacar la cámara de la mochila, por la lluvia y la niebla que no deja ver mucho más que los árboles de otoño y los charcos del camino.
Bajamos por la carretera que va de Beleño a Viego y llega a Puente Vidosa; desde aquí vemos la preciosa cascada de Aguasalio, hoy rebosando agua generosamente. Por su lado sube el camino al antiguo pueblo beyusco de Rubriellos.
La siguiente parada que hacemos es en la mecedura del Dobra. El río Dobra, tan calmo en verano y tan apetecibles sus aguas turquesas para el baño en la conocida como Olla de San Vicente, bajaba también bien lleno de agua, y aquí se ve cuando se junta con el Sella.
Aguas arriba del Dobra |
El Dobra en su "mecedura" con el Sella |
Los dos ríos, Dobra y Sella |
El antiguo Molín del Dobra |
El Sella corriendo hacia Cangas de Onís |
Nuestra siguiente parada para ver el río es en Caño, donde está la estación de desove de salmones y una pequeña presa con un bonito recorrido por varios puentes que llevan de un pozo a otro: hoy está todo cubierto por las impetuosas aguas del Sella.
Y seguimos hasta Cangas de Onís para ver su puente millones de veces fotografiado; ¡aquí nos bañamos en alguna ocasión, siendo jóvenes y sin problemas de que te miren, o quizás porque nos veían nos bañabamos!.
Y allí mismo vemos un bonito espectáculo, un mirlo acuático, que suelen ser muy esquivos, buceando y buscando comida ajeno a que le mirábamos desde el puente. ¡Que maravilla verlo tan cerca!
Y ya una última mirada al puente; hoy por las nubes no se ve el Pierzu, final de esa línea imaginaria que viene desde Pileñes, allá en la cordillera, pasando por el Collau Zorru y el Recuencu, que aún tenemos pendientes.
¡ Un saludo, amigos !