sábado, 8 de octubre de 2011

Entre el puerto de Piedrafita y el puerto de Vegarada


     Unimos aquí dos actividades realizadas en distintas fechas desde el verano; en una de ellas la subida a la Fitona desde Canseco, y en la otra, desde el puerto de Vegarada a las peñas de Faro.


     30 de julio de 2011: la Fitona (2.041 m) desde Canseco (León)
     
     Estando unos días de vacaciones en Pola de Gordón, nos acercamos Aurora y yo hasta Canseco para subir a la Fitona. En esta zona de la cordillera, las alturas son más bajas, y en un largo tramo desde el puerto de Piedrafita la única montaña destacada es el pico de la Laguna (1.962 m), a la que habíamos subido en una salida colectiva con el grupo Fariu. Luego estaría el pico Barreru y la Loma del Bolero, de algo menos de 2.000 m. Hay que pasar al valle de Canseco para acceder a la Fitona; o por Asturias desde Rioaller en un largo ascenso hasta la collada la Madera.


     Al poco de salir del pueblo de Canseco, la sorpresa de ver a poca distancia un corzo, tan tranquilo cerca del pueblo.


     Una preciosa poza cerca del pueblo; como empezamos a caminar a la derecha del río, ahora tenemos que cruzar a su margen izquierda.


     Cruzamos el río; la poza está en sombra, pero tiene pinta de ser un lugar concurrido cuando el sol caliente más.


     Hay una infinidad de cascadas y pequeñas pozas preciosas para bañarse, aunque el agua esté fría. 





     El valle se abre en unas praderías desde donde se ve el final del valle, ya al pie del pico Huevo de Faro.


     Una gran cantera que parece que ya no se explota; grandes cubos de caliza están cortados y no llegaron a ser transportados valle abajo.


     Los arándanos están en el momento óptimo para recogerlos; así, tanto a la subida como a la bajada nos entretenemos comiéndolos tan refrescantes.


     Después de un rato de penosa subida entre las escobas altas, donde Aurora se lastimó en una pierna que metió en un pozo oculto en una riega, llegamos cerca de la collada de la Madera; vemos aquí la Fitona a la izquierda, la collada de la Muezca y la loma a la Puerta de Faro, que sigue al crestón calizo de las Peñas de Faro. Más alto todavía, entrando  desde la línea divisoria, el pico Huevo de Faro a la derecha.


     Vamos subiendo la larga loma, desde los matorrales quemados, mientras la niebla pugna por pasar a León


     Vemos abajo en la llanura el pueblo de Canseco y el valle que fuimos recorriendo del río Cansequillo.


     Al final de la loma, la cumbre de la Fitona, con sus 2.041 metros. El cordal sigue hacia la cumbre de la Fitina, o pico Llastres; pero decidimos bajar para recorrer el valle de regreso buscando una bajada más cómoda, con menos matorrales.


     Nuestro descubrimiento del verano fueron las plantas de genciana, aquí en abundancia en una ladera.


     Descendemos a un lugar denominado Majada Vieja, donde sólo queda el resto de un chozo y los corrales de guardar las ovejas.


     El descenso fue un acierto; recorrimos el valle, con arroyos y cascaditas de agua, y esta vez dimos con el camino, más despejado que el de subida porque es el que se utiliza con el ganado para acceder a los pastos.


     Una mirada al fondo del valle donde se ve el potente estrato de caliza que culmina en las Peñas de Faro.


     La precisa poza de la mañana, ahora al sol. Hay un grupo de jóvenes disfrutando del agua.



      De regreso en Canseco, nos refrescamos en la fuente y recorremos un poco el pueblo; vemos las casas y el entorno del río que atraviesa el pueblo.

El juego de bolos leonés, distinto a los bolos asturianos


Sábado 8 de octubre de 2.011

     Completamos este sector de la cordillera subiendo desde el puerto de Vegarada a las cumbres que rodean este circo glaciar. 
     Vamos Antonio y yo desde Pajares, cruzando por Cármenes y Valdeteja para llegar a Vegarada; todo el paisaje de la montaña norte de León, a donde por su altitud ya está llegando el otoño a los árboles y al paisaje. Es un día frío, con apenas 4ºC, y aunque el pronóstico es bueno, empezaremos en la niebla a caminar. 


     Vamos subiendo en la niebla, guiándonos por el conocimiento del terreno, porque la "ayuda electrónica" en forma de GPS quedó en casa y Antonio no me puede mostrar las ventajas de la tecnología.



     Pasamos siguiendo el recorrido del arroyo que en el verano tenía tanta agua y que ahora ya avanzada la estación está seco. Lástima porque la cascada que forma estaba preciosa cuando subimos por aquí Aurora y yo este verano hasta la Portilla de Faro que se ve al fondo.



     Llegamos al pie de las Peñas de Faro, que forman un pequeño circo de origen glaciar y una entalladura como una pequeña Brecha de Roldán: la Portilla de Faro.


     Encima de nosotros las peñas verticales chorrean agua de la lluvia de ayer; por esta vertiente norte está frío y no vemos rebecos.


     El terreno se empina pero la senda es cómoda de recorrer, aunque vemos el peligro que tienen estas laderas en invierno, cargadas de nieve y hielo, donde viene bastante gente y donde han ocurrido algunos accidentes serios por caídas, como bien conoce Antonio.


     Ya estamos en la Portilla de Faro, donde sopla el viento frío de una masa de aire polar que llegó a  Asturias.


     Ya estamos al pie de las Peñas de Faro; en poco tiempo ascenderamos a las cumbres.


     En la ladera de la solana, más resguardados, están los rebecos a los que Antonio intenta fotografiar; son rápidos y en nada escapan hasta las crestas del pico Huevo de Faro que tenemos a la vista.


     El valle que baja al pueblo de Redipuertas, el último antes del puerto de Vegarada.


     La dura rampa que sube desde la Portilla de Faro; hasta aquí habíamos llegado Aurora y yo también este verano.

Antonio en la cumbre de las Peñas de Faro


     Sobre el mar de nubes, y muy a lo lejos, se levantan las siluetas de Picos de Europa: se ve Peña Santa.


      A nuestros pies las praderías del circo de Vegarada.


     Mirando al oeste, la cresta desciende a la Puerta de Faro; al fondo destaca Peña Ubiña y su macizo.


     Dejamos aquí las mochilas y nos acercamos a la cumbre del Huevo de Faro (2.155 m), desde donde vemos la brecha de la Portilla y las Peñas de Faro a las que acabamos de subir.

Javier en la cumbre

Antonio: abrigados por el viento frío


     El valle que recorrimos Aurora y yo para subir a la Fitona desde Canseco acaba aquí abajo, en unos corrales nuevos en la zona de Mina Conchita. La Fitona está bajo la capa de niebla.


     El recorrido que vamos a seguir visto desde el Huevo; de las Peñas de Faro a la izquierda bajaremos a la siguiente elevación que los mapas denominan Puerta de Faro, de 2.025 metros, para seguir hacia la collada la Muezca y a la Fitina ó Pico Llastres.

Vista hacia las Peñas de donde venimos


     En la elevación de la loma de la Puerta de Faro, ya de materiales de cuarcitas, dejamos las calizas de las Peñas.

Los paredones de las Peñas hacia el circo de Vegarada



     La última cumbre de hoy, la Fitina o Picu Llastres, de 2.017 metros, donde subimos en medio de la niebla y bien abrigados por el fuerte viento y el frío.


     Vista a los pastos altos, ahora ya sin el ganado que sube en primavera y verano; bajaremos por aquí hacia el puerto.


Huellas de rebecos
     Nos retiramos hacia el puerto; sólo dejamos nuestras huellas, como las de los rebecos en el barro, hasta que las próximas nieves se encarguen de cubrirlo todo.

 

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