sábado, 23 de julio de 2011

El Siete (2.365 m)



     De nuevo en Tuiza de Arriba, con un día cubierto de nubes pero buen pronóstico del tiempo.


     Subo tranquilamente, pero a buen paso, hasta llegar a la portilla que da acceso a las praderías del valle que sube al Meicín.


     Vista atrás al camino; con la niebla no se ve la zona alta de Tuiza, con las cuestas del Siegalavá y el Tapinón.


     Paso al lado del refugio, pero sin detenerme. No se oye a nadie y es pronto como para parar a hacer una visita.


     Mi intención primera era subir a la Forqueta del Portillín para ir al Prau y a los Fontanes, pero en la niebla dejé a la derecha la fuente de Bachao. Cuando me dí cuenta ya estaba en la pedrera de Covarrubias y decidí seguir y no dar la vuelta. De pronto salgo de la niebla y me encuentro con esta panorámica.


     Mirando atrás el mar de nubes cubre todo el valle: es Asturias, muchos días bajo una capa de nubes y pocos claros días de sol.


     Los lirios espectaculares por su color y por dónde crecen; siempre pensé que eran plantas de zonas con más humedad, pero en Somiedo y Ubiña están en zonas altas que son más secas en verano.



     Tras subir el valle de Covarrubias se llega a las Cinchas del Planón, y aquí está mi objetivo del día, el Siete. Recuerdo la primera vez que subimos, Jorge González "el magdaleno", Manolo Hevia "el pajarero" y yo, hace sólo unos 30 años de eso.


     A la izquierda del Siete los Castillines, con una presencia imponente desde aquí.


     Una vez que vas ganando altura se abre a la vista toda la zona central de Asturias, con la cordillera y las sierras interiores surgiendo de la niebla: aquí la vista alcanza a Picos de Europa, los más lejanos a la izquierda.


     Una mirada a la "reina" Ubiña, con los joyos de la Cabra y el Cuetu les Cabres delante.


     No me paro a hacer fotos ya hasta la cumbre del Siete (2.365 m), porque la subida es entretenida como para prestar atención a los resbalones y a la caída de piedras.


     Mirando a la zona norte de la crestería, el Pasu Malu y los Fontanes.


     El "jito" de la cumbre, con la "pequeña" desde aquí peña Cerreos (2.101 m) y Peña Ubiña (2.417 m). Al fondo los picos de Cirbanal y Cacabillos.


     Desde aquí se desprende la dorsal del macizo, con los Portillines en primer lugar, con los picos que llevan al Prau Albo, al Fariñentu para acabar en el Siegalavá-Tapinón extremo norte del macizo.


     Bajando se aprecia la dificultad de la subida, por placas tumbadas lisas y mucha piedra suelta con la que hay que tener cuidado.


     Me acerco a la Pasada del Siete, una horcadina que comunica el valle de Covarrubias con Cueva Palacios. Desde aquí se ve la pedrera del Canalón del Buey, que hay que subir para llegar a los Fontanes.


     Desciendo y me sumerjo de nuevo en la niebla que sigue cubriendo el valle del Meicín y toda Asturias.


     Estos simpáticos amigos llevan el verano pastando con vacas y caballos por estas praderías, y sólo uno de ellos "trabaja" subiendo suministros al refugio del Meicín.

Plantas de un tipo de orégano silvestre


     De nuevo en Tuiza de Arriba, un descanso y regreso a la civilización.






















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