Empezamos hoy aquí, un poco antes del pueblo de La Uña nuestro recorrido de hoy, que si podemos, nos acercará al puerto de Ventaniella y a la Peña Pileñes.
La niebla nos acompañó desde Asturias al pasar el puerto de Tarma, y aquí permanece pero ya se va despejando el día; un poco fresco, apenas 4ºC, y el viento que nos refresca mas todavía.
Restos de una antigua ermita románica |
Las hayas con su color otoñal acompañan al río Esla que es aquí apenas un arroyo, tan cerca de su nacimiento en las praderías de Valdosín donde se juntan varios pequeños arroyos.
Vamos siguiendo el curso del río hacia la collada que se adivina en el centro de la foto; a la izquierda el cordal nos llevaría a Tarna y a la derecha se alzan los Picos de La Castellana por donde pasaremos después.
Peña Ten |
El camino enfoca hacia el fondo a la Peña Pileñes, pero en nuestro recorrido iremos hacia la izquierda, al puerto de Ventaniella.
Pensábamos que el ganado ya habría bajado al valle, porque ya se habría acabado el pasto por la sequía de los meses pasados, pero estas vacas continúan aprovechando lo que queda.
Ya cerca del puerto de Ventaniella nos encontramos a los ganaderos que están agrupando a las yeguas y sus crías para bajar al pueblo; en cuanto consiguen ponerle el ronzal a un par de ellas, las demás las siguen con sus potros.
Esos pastores nos indican por dónde debemos coger desde aquí para ir a Pileñes; además coincidimos con una pareja, ella de Sobrefoz y él de Los Beyos, que suben por aquí desde el caserío de Ventaniella y con los que compartimos charla y camino.
Ahora giramos y volvemos hacia atrás ganando altura y pasando unos crestones calizos para pasar sobre los picos de La Castellana y acercarnos hacia la collada Las Arriondas, entre Peña Ten y Peña Pileñes; desde allí nos dicen que es el mejor camino de subida a Pileñes.
Antes no habíamos visto por culpa de la niebla al Maciédome, que aparece aquí despojándose de las nubes que lo cubrían.
Después del giro, sobre los pastos de La Castellana -tomados ahora por brezales y escobas- tenemos al fondo la collada de las Arriondas o del Cardal, entre Pileñes a la izquierda y Ten a la derecha.
Vamos ganando altura para acercarnos a la línea de la cumbre de Pileñes, pero los caminos son de pasar ganado de un lado a otro y a veces hay que meterse entre brezos y escobas, que no molestan si son bajos, pero también entre matos de pinchos, que sí que son incómodos.
Los buitres siempre aparecen sobrevolando los montes |
Ya nos acercamos a las pedreras de lo que pensamos que es la Peña Pileñes; más pindio de lo que parece en la foto y con graveras de piedra suelta cerca de la cresta.
Mientras yo me acerco a la cumbre, Aurora me espera en la colladina verde anterior; subo por la arista de roca descompuesta a paso rápido ...
... y al llegar arriba veo que no es la cumbre de Pileñes, que está un poco más al norte; en quince minutos llegaría, pero también tardaría otros quince en volver mas el tiempo de estar en el pico y hacer fotos... Como Aurora está esperando vuelvo hacia la collada .
¡Que envidia ver a los rebecos dueños de estos territorios!. Si quieren, en unos saltos llegan a donde les parece, apartándose de los intrusos humanos.
Desde arriba doy un rápido vistazo hacia el valle del Arcenorio, donde los últimos años habíamos ido el 8 de septiembre a ver la fiesta de los habitantes de estos valles, tanto los ponguetos como los de Burón y Acevedo.
Sólo una mirada más hacia los montes, entre el Maciédome y el Tiatordos; entre ellos asoman la Senda, la Carasca ...
... y bajando, el pico de Las Castellanas cimeras, el pico Lago a la izquierda al fondo y toda la cordillera hasta la Peña Ubiña.
En la collada verde está Aurora, disfrutando del descanso al sol y viendo también los picos del Mampodre; ahora bajaremos los dos hacia el collado de las Arriondas.
Aquí nos hacemos la foto del día, con Picos de Europa detrás, con la Peña Santa impresionante como siempre, la Reina, la gran torre que preside el Cornión.
Y claro, mirando a Pileñes vemos que el tramo que quedaba hasta la cumbre, aunque no era mucho ni especalmente dificultoso era un rato más de caminar, y no era cosa de "separar" a la "cordada", que para eso van juntos.
Un vistazo en detalle a la peña; los puntitos marrones en el pedrero son los rebecos que fotografié desde la antecumbre.
Peña Santa y el Cornión |
El Central al completo |
Enfocamos la bajada por el arroyo del valle de la Castellana |
Bajo las imponentes caídas de peña Ten |
Bajamos por el cauce del arroyo de la Castellana, a veces por camino y otras por las piedras del cauce ahora seco; otra cosa sería con lluvia o en invierno, porque las laderas de Peña Ten deslizan nieve y piedra hacia aquí abajo.
Acabando la bajada |
Ya estamos en la parte alta del valle de Valdosín, y ahora bordeamos hacia la izquierda bajo las laderas de les Pedrices de Ten.
Así llegamos a las dos cabañas de pastores, la de la majada de Lario y la majada de Polvoredo.
Majada de Polvoredo |
El bosque de hayas aquí abajo, a la luz del sol de la tarde está impresionante con sus tonos entre el verde y el rojizo.
Las siluetas del Mampodre sobre las hayas |
Majada de Lario |
Aprovechando los pastos que dejaron las vacas, hay un rebaño de ovejas bien guardadas por los mastines; este no nos quitó ojo ni dejó de ladrarnos hasta que marchó con su pastor.
La Fayona de Valdosín |
Sobre el camino la peña El Castillo presenta unas buenas dificultades para los escaladores; toda la pared tiene pequeños techos, a la inversa de una escalera.
Jugando con la luz del sol |
Ya desde las praderías de los Carbellares vemos al fondo nuestra "casi" cumbre de Pileñes; estuvimos en la antecumbre, de una altura de 1992 metros, cerca de la cumbre de 2012 metros de Pileñes.
El área de recreo donde descansamos |
El mapa catastral del recorrido de hoy, para servir de referencia de nuestro recorrido; nada más, que disfrutéis de las fotos y ¡un saludo, amigos!
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