Alto Las Camposas (2.054 m) desde Villar de Vildas

     Como había visto desde el Cornón, la linea divisoria de la cordillera baja del Cogollu de Cebolléu a una cumbre que desde el Cogollu pasa algo desapercibida: el Alto de las Camposas, del que sale también otra sierra, denominada Los Raxos, muy agreste vista desde el Cornón.
     Como se trata de hacer las cumbres de más de 2.000 m, este sábado 28 de mayo me dirijo a Villar de Vildas, en Somiedo, para subir a Las Camposas.

     La niebla cubre el pueblo, de donde salgo por una pista que me llevará a la braña La Pornacal, muy conocida por la buena conservación de cabanas y teitos.

     Subo con tranquilidad; la niebla se va quedando por debajo y disfruto del fresco de la mañana.

     Una parada para comer y beber algo; la bici la subo rodando, porque la pendiente es fuerte para mí subido en ella; como las "reglas" que me he puesto me permiten usar algunos medios mecánicos, la bici me servirá para disfrutar de un descenso rápido y cómodo de esta pista.

La cascada del Corralón

     Hasta la zona de la braña los Cuartos y braña Viella, la pendiente de la pista hormigonada es algo más suave, y puedo hacer una parte en bici; aquí se quedará para cuando baje de la cumbre. Subiré todo el valle hasta la collada de los Cerezales, que se ve al fondo.

      Una vez en la collada, empieza a soplar el aire y entran las nubes; se ve bien el Cornón, el Cornín y la Sierra Delgada (también llamada Sierra Pelada) donde estuve el sábado anterior. Poco a poco sigo hacia la cumbre.

      Una vez arriba, Las Camposas es una llanada donde destacan unas piedras grandes que son la cumbre: desde allí hay unas buenas vistas a los valles en torno a Villar de Vildas. Después de un rato empiezo a bajar y veo a gente en la cumbre del Cogollo de Cebolledo.

      En la cara norte aún se mantienen  neveros colgando.

      Como ya suponía, el descenso en bici fue una gozada; a toda velocidad y gastando freno cada vez que pasaba una riega de la pista, llegué enseguida a La Pornacal. Aquí paré un buen rato, viendo las cabanas techadas con la típica escoba, todo un arte de la economía sostenible, materiales autóctonos y de bajo coste, sólo la técnica de techado con las ramas de escoba seleccionadas que aguantan el peso de la nieve en los inviernos y que aislaban a ganado - y personas- del frío exterior.

     De nuevo de vuelta en Villar de Vildas, que ha conseguido fama con el título de Pueblo Ejemplar de Asturias, y que mantiene actividad ganadera básica y actividad turística con las casas de aldea y hoteles rurales.